En el trallecto de Caracas-Mérida, nos pasó de todo. Primeramente al llegar a la terminal, nos dicen que no teníamos sitio para viajar, aunque nos dejarían en lista de espera. Finalmente nos metieron en el bus y rumbo a Mérida.. Los autobuses nocturnos de Venezuela son una auténtica tortura, y uno paga para enfermarse. El aire acondicionado es tan alto, que toda la gente que va a viajar se lleva una manta, gorro, guantes y bufandas. Hace muchísimooooo frío y por ello al llegar a nuestro destino final los dos sufríamos un dolor grandísimo de garganta.
Por otro lado la anécdota del viaje fue la siguiente:
Llegamos a una parada a medio camino y el autobús estaciona. La gente se baja para ir a cenar ( era la 1 de la mañana .. ) y Elsa se bajó con ellos para ir al baño. Yo como estaba dormido no me quiso despertar y me quede ahí dentro. Al de 10 minutos mas o menos, escuché un fuerte ruido como si de una bomba se tratara; una de las ruedas explotó. Me levante angustiadísimo corriendo hacia la puerta del autobús, estando cerrada y tan sólo nos encontrábamos yo junto con dos personas más. No entendíamos nada , hasta que logré ver a Elsa a través de la ventana. Me tranquilizó diciéndome que era la rueda y que ahora venía el chófer. Menudo susto cogimos los dos. El trayecto que en un principio iba a ser de 14 horas, se convirtió en 16 h. ya que tuvieron que cambiar el neumático.
Llegamos a Mérida y nos recibe Eduardo, este chico tan agradable y hospitalario. Vive en una casa colonial, preciosas vistas , junto a sus tres perritas y tres gatos. Junto a él, Elsa aprendió muchas recetas de cocina ya que Eduardo le apasiona cocinar. Compartimos tres noches donde charlamos, disfrutamos y nos sentimos realmente felices de conocerlo. En este couch nos ha pasado algo curioso, dede que llegamos, tuvimos la sensacion de habernos conocido de toda la vida. La convivencia fue muy natural.
Los Llanos Venezolanos ( foto obtenida de internet )
Lugar prioritario en nuestro recorrido por Venezuela. Por el mal tiempo no pudimos llegar hasta él. A las personas que les guste la Naturaleza, es uno de los sitios que hay que visitar antes de morir.
Hasta Mérida nos dirigimos con el objetivo principal de visitar Los Llanos. Los Llanos es una región compartida entre Colombia y Venezuela situada en la cuenca del río Orinoco, considerado como uno de los ecosistemas más importantes del mundo. Tiene dos estaciones bien marcadas, la estación de lluvias y la seca. La mejor época para visitarla es en la estación seca, ya que al poseer poca agua en sus llanuras, los animales se congregan en sus charcas para subsistir y es de esta forma cuando uno puede ver más número de éstos. En la estación lluviosa todo se inunda y es más complicado verlos. Los animales que se pueden ver en Los Llanos son : capibaras, caimanes, anacondas, cientos de clases de pájaros, el oso hormiguero, etc. Nosotros coencidimos en la estación lluviosa y el destino no quiso que llegáramos hasta allí, puesto que las carreteras se encontraban cerradas. Regresamos a casa de Eduardo otra vez para quedarnos otra noche con nuestros proyectos fustrados. Menos mal que le teníamos a él para recibirnos otra vez con todo su cariño. Con él hemos tenido la sensación de habernos conocido desde hace mucho tiempo.
Eduardo, Elsa, Camilo, Carlos y la pareja de Argentinos : Guille y Alian.
Cenando unas riquisimas tortillas que hizo Elsa.
De vuelta a Valencia, de vuelta a casa . Llegamos enfermos con anginas , cansados y con ganas de recuperarnos allí con el cariño de la familia. Franchesco, Luisa y Francis, nos cuidan y nos quieren. Siempre decimos que lo que más valoramos es el calor de otras personas y aquí en Valencia lo hemos percibido. En esta casa se respira un aire de hospitalidad, compañerismo y sobre todo buena onda.
El sitio idóneo para coger fuerzas para continuar nuestro viaje. Aquí cumplimos 8 meses de viaje.
Como la familia de Francis son Italianos por parte del padre, ellos saben perfectamente hacer pasta casera. Siempre había querido aprender ese arte, asi que aquí estamos, con la máquina típica de hacer pasta. Pasamos toda una mañana para hacer la comida para 8 personas. Hicimos raviolis, tortellini y espaguetis.
Franchesco y Luisa siempre han ayudado a otras familias a salir hacia delante y en algunas ocasiones han adoptado a niños para sacarles de sus problemas. Ellos ofrecen lo que otros ya no pueden. En la foto con Loredana ,la nieta de ellos . Le encanta venir a esta casa, porque aparte de recibir mucho cariño aquí se relaciona con muchos turistas.
Gracias familia por adoptarnos a nosotros también..
Con los chicos y chicas de couchsurfing de Valencia, nos volvimos a juntar para pasar un último día en los Cayos de Morrocoy. Fue un día muy especial, porque por un lado recordamos de los momentos vividos aquí con nuestra familia y por otro lado contentos de estar con esta otra gran familia. Todos ellos son grandes personas que siempre intentan ayudarte. Son muy serviciales y bien organizados entre ellos. Nos han regalado cosas materiales, como libros, fotos, termos, gorros, etc. pero sin duda el regalo más bonito es el tiempo y el cariño que nos han dado. En esta parte del viaje hemos sentido tener una cuadrilla , quedando con unos a la mañana , con otros a la tarde y llendo a cenar a la noche junto a otros.
Queremos agredecer a todos ellos, empezando por Francis, por ser la anfitriona, por brindarnos la oportunidad maravillosa de presentarnos a estos chicos. También a Nicolas por sus clases de merengue, conversaciones de viajes y el libro que seguirá viajando por el mundo... a Paola por ser el alma del grupo con su alegría, a Llusi por acompañarnos hacer nuestros trámites de compra de billetes y ofrecernos su tiempo, a Deisy por llevarnos a las termas tan ricas, a Adriana por su dulcura y el masaje tan bueno que la espalda de Elsa agradeció, a Efrain por darnos tanta información de su País, también a Nicola , Josef y Carol por hacernos sentir parte del grupo con su amistad desinteresada. Gracias a todos ellos hemos aprendido a valorar la amistad y hemos visto realmente lo que es un grupo de personas que con su hospitalidad desinteresada hacen sentir a uno tan feliz lejos de su tierra.
Para todos ellos dejamos este link como regalo :
Haciendo snorkell, pasamos más tiempo en el agua que fuera.
Los Juanes; aquí se viene a rumbear. Este lugar es una piscina natural donde la profundidad es de poco más de un metro. Aquí se vende de todo, desde perritos calientes, hamburgesas hasta pulseras collares y recuerdos. Lo más sorprendente es que aquí la tarjeta de credito funciona. Como despedida de los Cayos de Morrocoy, este día nos pegamos una buena fiesta. El "chamo" lleva la música en las venas...
lo más bonito que te puede pasar es formar parte de los sueños de alguien y nosotros, al igual que mucha gente con la que habéis convivido, hemos tenido la oportunidad de compartir con vosotros un sueño, vuestro sueño.
ResponderEliminarAhora te espero en casa con una buena botella de esas que sólo tú y yo conocemos, Sere.
¿ya no hay más entradas de animales? Mucho con mis padres pero a mi me teneis olvidada
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