5 sept 2010

LA OTRA CARTAGENA ... la que el turista no ve



Como todas las ciudades de América del Sur, existe una zona donde la gente sobrevive en condiciones muy básicas, e incluso con carencias notables. Son barrios donde la gente se afinca en amontonadas casas con una media de 4 ó 5 hijos por familia.
En Colombia tan sólo un 20% de la población, consigue tener una familia estructurada , con un padre y una madre . La mayoría son madres solteras, otras tienen 4 ó 5 hijos con diferentes hombres, y a veces alguno de los padres ha muerto, ya sea por violencia o enfermedad. También hay que destacar que la edad en la que se tiene el primer hijo, la mayoría no llega a los 18 años. Son niñas con hijos, en condiciones de pobreza y sin apoyo familiar.
¿ Qué es lo que ocurre con estos factores ?
Sus hijos sufren falta de cariño, falta de responsabilidad, educación, desnutrición, y sanidad. Los factores primarios para que una sociedad progrese, no los tienen.
La fundación Holandesa LA VECINA, es una de las organizaciones que existen en Cartagena Intentan cambiar esta cadena. Con su ayuda, recogen niños de la calle, hablan con sus familiares ( si los tuvieran ), los llevan a su centro educativo, les dan apoyo emocional, les enseñan a responsabilizarse en cosas básicas, desde lavarse los dientes, a arreglarse, a comer , etc.
Con apoyo psicológico estos niños superan sus terribles vidas, como la pérdida violenta de un miembro de su familia, el abandono por parte de sus padres, la desnutrición que algunos presentan, aprenden a valorarse como personas, a tener sueños e inquietudes por cumplir en la vida, etc.
Conocimos la Organización LA VECINA, porque nuestros amigos holandeses encontraron de casualidad por las calles de Cartagena a un chico de su mismo pueblo. Resultaba ser el fundador de dicha Organización. Amablemente nos brindó la oportunidad de conocer el trabajo que desempeñaba en Cartagena. Lejos de los lujosos hoteles, de las hermosas casas coloniales encontramos esta escuela. Con mucho cariño nos explicaron todo lo que allí realizaban. Pudimos ver a diferentes grupos de niños, entre 4 años hasta los 15, con alegría en sus caras. Todos esos niños que se encontraban ahí, habían sido recogidos en las calles de barrios marginales. Algunos habían llegado hasta allí sin apenas hablar y ahora se les veía gritando alegremente los números en inglés. Todos con sus uniformes, sonrientes, llenos de vitalidad. Esa viltalidad escondida que tenían y que todo niño en cualquier parte del mundo la tiene en su interior. Tan sólo hay que brindarle la oportunidad de alimentarla.
De allí nos fuimos con el corazón mucho más contento. Lleno de emoción por ver esas caritas tan alegres. Vimos la labor que se realizaba en esa escuela. Vimos a niñas ya con 15 años que regresaban hasta allí, donde había sido su hogar. Niñas, que hace años su único pensamiento era ser madres y esposas y ahora tenían inquietudes como estudiar una carrera, ser independientes. De esta forma la cadena se va rompiendo. Es un trabajo maravilloso, el de esa gente. Que afortunados son por estar rodeados de tanto amor…
Qué hay más hermoso es en este mundo que la sonrisa de un niño... Gracias por mostrarnos una vez más el poder del AMOR.

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